El Consell de Mallorca inaugurará en unas semanas el nuevo centro
de acogida de marginados del Casal de la Piedad, que nace con las
pretensión de convertirse en el punto de referencia de este tipo de
asistencia en la Isla.
Las previsiones apuntan que el casal podrá abrir sus puertas a
finales de enero o principios de febrero. De hecho, los trabajos de
rehabilitación deberían estar ya prácticamente finalizados, pero
las intensas lluvias del pasado mes de agosto provocaron el
hundimiento del tejado de una parte del edificio, lo que retrasó
inevitablemente el calendario inicial, según explicó la consellera
de Serveis Socials del Consell, Josefina Sintes.
La responsable insular explicó que las obras de remodelación de
los dos edificios que forman parte del casal, el de la antigua sede
de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y el de
la residencia de estudiantes contigua, están muy avanzadas, «lo que
permitirá estrenar el casal en unas semanas». El proyecto han
contado con un presupuesto de 1,8 millones de euros y la capacidad
del centro será de 150 plazas.
Según la descripción de la consellera, se trata de un edificio
de 4.500 metros cuadrados, cedido por el Obispado de Mallorca por
30 años, y que será destinado a lugar permanente de acogida de los
excluidos y a programas de larga estancia para enfermos en fase
terminal.
En efecto, uno de los inmuebles del casal se destinará a la
primera acogida de los usuarios, desde donde se les derivará a los
diversos centros de la red asistencial conveniados con el Consell
de Mallorca o bien permanecer en el mismo. La idea es que el casal
se convierta en el centro de referencia de esta red y se mantenga
abierto las 24 horas del día. El segundo edificio se convertirá en
residencia para personas en fase terminal.
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