En Balears se generan cada año 680.000 toneladas de residuos
domésticos y sus habitantes contribuyen al cambio climático con
emisiones anuales de 8 millones de toneladas de CO2. Son algunos de
los datos que pueden leerse en los múltiples paneles instalados en
la I Fira Ecològica de Balears, que ayer se inauguró en el recinto
ferial de Polígon de Llevant.
«Ecològica 2003» es la primera muestra estatal sobre contenidos
ecológicos, una feria que plantea la sensibilización ciudadana
hacia la protección del medio ambiente y se presenta como una feria
«de negocios que persigue la dinamización de este sector», afirmó
Pere Sampol, vicepresident del Govern balear. Previo pago de 4
euros, el visitante se encontrará con tres módulos diferenciados. A
la izquierda entrará en una gran carpa en la que se instalan la
mayoría de los más de cien expositores que integran la feria.
Allí encontrará pantallas gigantes y pantallas de ordenador con
toda la información necesaria sobre el tratamiento de los residuos,
ahorro energético, agricultura ecológica, energías renovables,
consultorías dedicadas a la gestión del medio ambiente, artes
tradicionales, tratamiento del agua, etc. También podrá degustar
productos ecológicos, contemplar distintas maquetas sobre la
reutilización de residuos, un vehículo descontaminado, adquirir
aromas naturales y saber todo tipo de datos sobre las reservas
naturales, la pesca deportiva, programas puestos en marcha por el
Govern balear para la protección del medio ambiente e, incluso,
degustar hasta el próximo domingo menús ecológicos en la
cafetería.
Margalida Rosselló, consellera de Medi Ambient, inauguró la
feria en presencia de Joan Fageda, alcalde de Palma; Maria Antònia
Munar, presidenta del Consell de Mallorca; Celestí Alomar,
conseller de Turisme; y Mateu Morro, conseller d'Agricultura, entre
otras autoridades presentes en la feria.
La feria la integran dos carpas más. Una de ellas, muy llamativa
y menos comercial, es la presentada por el Ajuntament de Palma, que
ocupa una superficie de 600 metros cuadrados y recibe al visitante
con el piar de pájaros. La carpa se ha dividido en varios espacios:
Palma en Verd, ahorro energético, movilidad sostenible, ahorro de
agua, tratamiento de residuos sólidos urbanos, animales de compañía
y autóctonos y Cabrera como epicentro natural.
Mercedes Azagra
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