Respecto a su otro gran objetivo, la mejora de la seguridad
ciudadana, Ramis enfatizó que «si ya de por sí éste es un tema muy
importante en cualquier comunidad aAutónoma, lo es más en Balears
desde el punto de vista de que la nuestra es una región turística,
y por ello la imagen que se dé cara al exterior es fundamental». El
nuevo delegado de Gobierno, que se mostró «satisfecho e ilusionado
porque alguien pueda pensar que yo soy apto para desarrollar esta
función», confesó desconocer quién le había propuesto para el
cargo. Tuvo, eso sí, palabras elogiosas para su antecesora,
Catalina Cirer. «Ella ha dejado una impronta muy importante en
Delegación del Gobierno. Es una gran gestora y mejor persona
todavía. Me deja un equipo de trabajo que funciona como un reloj.
Catalina me ha deseado toda la suerte del mundo, y yo a ella en su
carrera hacia la Alcaldía de Palma en las próximas elecciones».
«A día de hoy las relaciones entre Palma y Madrid son
francamente mejorables, y lo peor es que este desencuentro provoca
que pueda haber gestiones o inversiones que, quizás por esa mala
sintonía, no llegan a concretarse», dijo Ramis a las puertas del
Palacio de la Moncloa, nada más jurar el cargo.
El juramento lo realizó en presencia del presidente del
Gobierno, José María Aznar, y del ministro de Administraciones
Públicas, Javier Arenas.
Preguntado por si la proximidad de los comicios autonómicos
podría suponer un inconveniente para llevar adelante este plan de
acercamiento entre las dos administraciones, Ramis reconoció que
«evidentemente que este hecho dificultará mi labor, pues en los
próximos meses se tenderá a poner más acento en la no-política que
en la gestión pura y dura. Pero ello no debe de ser obstáculo para
que no se pierda una sola inversión que pueda beneficiar a los
ciudadanos de Balears», afirmó Ramis.
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