Curro Romero, «El Faraón de Camas», de 67 años, decidió en
octubre del año 2001 su retirada definitiva de los ruedos, lo que
causó incredulidad y sorpresa en el mundo taurino.
Tras cuarenta y dos temporadas como matador de toros, el camero
hizo gala de su toreo artista, de la calidad y personalidad que
imprimió a sus faenas más gloriosas, la mayoría de ellas en Madrid
y en La Real Maestranza, un escenario muy especial para él, ya que
le convirtió en imprescindible en los carteles.
Curro Romero se había casado el 22 de octubre 1962 con la
cantante Conchita Márquez Piquer, de la cual se separó en 1979. Por
su parte, Carmen Tello estuvo casada durante 14 años con Miguel
Solís y Martínez Campos, marqués de Valencina, y fue madre de
cuatro hijos. Cuando se separó, abandonó el palacio de los Solís en
la calle Cuna de Sevilla con sus enseres personales y sus
hijos.
Los Solís de Beaumont, de origen navarro, cuentan con tierras,
títulos, bienes y dinero. Cuando Carmen Tello y Miguel Solís
contrajeron matrimonio lo hicieron en régimen de gananciales, pero
seis años después de la boda decidieron hacer una separación de
bienes. Ella aceptó que tuviera carácter retroactivo, lo que le
hizo perder cualquier derecho económico sobre los seis años
anteriores. Su divorcio fue amistoso y se saldó con una pensión
para ella y otra para sus hijos, señal de que prefería la
tranquilidad al dinero.
La vida del torero y la escritora, que recientemente ha
publicado un libro titulado «Sabores», comenzaron un idilio que
parecía que iba a ser sellado en apenas tres semanas. Pero Curro
Romero ha vuelto a dar una «espantá», tan famosas en sus tiempos de
matador, casi tanto como sus faenas, que le han hecho ser el torero
que más tardes ha salido a hombros en Madrid y Sevilla.
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