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J.MESTRE/J.M.AGUILÓ
Con un tajante «me debo al partido y trabajaré para el partido», el secretario general del PP en Balears, José María Rodríguez, valoró ayer, en sus únicas declaraciones, la postura de Catalina Cirer de renunciar a la candidatura a Palma si, finalmente, el «número dos» de los populares impone seguir en las listas municipales. Rodríguez no aclaró ayer si renunciará a ir en la lista municipal, mientras Cirer se mantenía firme en su ultimátum, adelantado el domingo por Ultima Hora. El presidente del PP balear, Jaume Matas, no quiso entrar en la polémica, aunque dirigentes populares esperan que el máximo dirigente popular actúe con contundencia para zanjar la crisis interna. «Los órganos del partido siempre elegirán y eligen, con el más amplio consenso posible, a las mejores personas para ocupar los cargos de responsabilidad dentro de este proyecto colectivo», declaró Matas en Raixa. Sin embargo, la aparente tranquilidad de Matas ayer en Raixa al responder sobre el conflicto entre Cirer y Rodríguez nada tiene que ver con la postura que adoptó cuando tuvo constancia de la postura de su candidata. Matas no ocultó su malestar al tener constancia que se hacía pública la guerra entre Cirer y Rodríguez, agravada desde antes de la convención nacional celebrada en Madrid a finales de enero.

Cuarenta y ocho horas después de difundirse el ultimátum de Cirer, nadie en el partido sabe cómo va a resolverse la crisis que vive el PP. Matas no puede prescindir de Cirer ni de Rodríguez, pero la situación interna es insostenible. La hipotética candidata del PP ha ganado simpatías externas por su plante ante Rodríguez, pero durante las últimas horas también se han escuchado muchas críticas internas por su decisión de hacer público el ultimátum. Y Cirer lo tiene muy claro. Si Rodríguez va en su candidatura, deja la política y regresa a su antiguo trabajo. Ayer lo volvió a repetir.

El alcalde de Palma, Joan Fageda, quiso quitar hierro a la pugna entre Cirer y Rodríguez, que se vieron las caras el sábado por la noche en la presentación del candidato de Calvià. Desde entonces, Rodríguez y Cirer no han vuelto a verse ni a reunirse. «Al final, en periodos como el actual, todo se canaliza bien y no llega la sangre al río», opinó Fageda. Según el alcalde de Palma, «más que un desacuerdo, hay una voluntad de Rodríguez de seguir». «Es un trabajador nato, un hombre acostumbrado a la dura vida municipal y lo que quiere es continuar», comentó Fageda, de quien ya se dice que podría verse obligado a repetir como candidato si, finalmente, Cirer no acepta encabezar la lista.