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Los colegios Sagrado Corazón y Santa Mónica celebran este año el centenario de su creación. Desde 1903, estas dos instituciones han ofrecido su saber y conocimiento a distintas generaciones de la sociedad mallorquina.

A principios del siglo pasado, se fundaron en España numerosos colegios del Sagrado Corazón. Ya hacía tiempo que se pensaba establecer uno en Palma, pero siempre aparecían obstáculos inesperados que hacían fracasar el proyecto. Hasta que, tras una intensa correspondencia entre la condesa de Ayamans, antigua alumna del colegio de Pau en Francia, y la madre Cléry, vicaria general, en marzo de 1902 desembarcaron en el puerto de Palma algunas religiosas, que se instalaron de forma provisional en la finca Son Julià para comenzar su labor educativa. Su objetivo era educar a las niñas de la clase media y alta en el pensionado y a las muchachas del entorno en el externado.

En 1903 ya impartían las primeras clases de la escuela a 18 alumnas que llegaban hasta allí tras un viaje de más de tres horas en coche o en diligencia. Al mismo tiempo, comenzaban las obras donde está ubicado actualmente el centro, en Son Espanyolet, y en 1905 fueron inauguradas.

Por su parte, el Colegio Santa Mónica comenzó como Casa de la Enfermera, atendiendo las necesidades del barrio, sobre todo de niños y enfermos. En 1967, se inaugura el primer colegio de Bachillerato femenino de Mallorca en la calle Sant Miquel. Pronto las instalaciones se quedaron pequeñas y en 1969 se trasladó el colegio al solar dels Hostalets, donde estaba ubicada la Casa de la Enfermera. El centro contaba en ese momento con 100 alumnas pero, las sucesivas remodelaciones, permitieron contar con un mayor número de estudiantes.

En 1972, los dos colegios tuvieron que transformar su estructura para adaptarla a la nueva ley de EGB. Desde esa fecha y hasta el momento, ambos centros han ido adecuándose a los nuevos tiempos remodelando sus instalaciones para ofrecer una mayor calidad de servicio a sus usuarios. El número de estudiantes también ha variado considerablemente, así las 18 alumnas con las que contaba en un principio el colegio Sagrado Corazón se han convertido en 1150 y las 100 del Santa Mónica en 1.800. A pesar del paso del tiempo, la ilusión y las ganas de enseñar siguen vigentes en la filosofía de estos centros.