Las jóvenes de la localidad, ataviadas con los trajes tradicionales, acompañaron a la Virgen. Foto: K. TABERNER

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El día grande de las fiestas en honor a Santa Eulalia estuvo marcado este año por el frío y unas nubes amenazantes durante los actos de la mañana que comenzaron con los pasacalles a cargo de la Banda Municipal de Tambores, Cornetas y Majorettes de la localidad. Esta agrupación ambientó las calles por las que transcurrió su primer recorrido que desembocó en el Puig de Missa. Allí fue donde se dieron cita decenas de personas a las 11'00 de la mañana para participar en el acto litúrgico oficiado por el obispo de la diócesis de Eivissa y Formentera, Agustín Cortés, que estuvo arropado por un nutrido grupo de sacerdotes de distintas parroquias de la isla.

Durante la misa solemne, en la que participó el Coro Parroquial y el Grup Es Broll, Cortés centró parte de su discurso en recordar la figura de Santa Eulalia, «aquella que habla bien y que dice buenas palabras» y el significado de su martirio, «la salvación auténtica». En su sermón el obispo hizo una leve mención a la situación de preguerra señalando su deseo de que «la paz sea una realidad a nuestro alrededor».

En el acto estuvieron presentes también el alcalde de Santa Eulària, Vicent Guasch, y toda la corporación municipal, que ejerció de anfitriona del resto de autoridades entre las que se encontraba la presidenta y vicepresidente del Consell Insular, Pilar Costa y Vicent Tur respectivamente, el conseller de la oposición, Pere Palau, y la concejala de la oposición en el Ayuntamiento de Santa Eulària, Estela Vence, que charló animadamente con sus contrincantes durante el recorrido de la procesión.

La Banda Municipal de Tambores, Cornetas y Majorettes abrió el paso de la comitiva religiosa en la que salieron en procesión cinco imágenes, entre ellas la de la patrona, que curiosamente, no portaba ningún tipo de adorno floral ni accesorio que la identificase como la santa a la que estaba dedicada la jornada. El acto finalizó con una ballada en la explanada anexa aporxo del templo a cargo del Grup Es Broll, vistosamente trajeado. La degustación de decenas de kilos de bunyols y ví pagès por parte del público que asistió a la misa solemne, fue el único toque cálido y de color de la mañana fría y gris que se vivió ayer en Santa Eulària donde el folklore se desplazó a mediodía a la Plaza del Ayuntamiento, lugar en el que por la noche se desarrolló una animada verbena.
E.E.