Un millar de jóvenes salió a la calle en Palma para protestar contra la guerra preventiva en Irak. Foto: TERESA AYUGA

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Más de un millar de alumnos de Enseñanza Secundaria de Mallorca expresaron ayer su repulsa a la guerra contra Irak en una manifestación que se inició en la Plaza del Tubo y finalizó frente a la Delegación del Gobierno.

Petardos, pegatinas, silbidos, pancartas y consignas ocuparon el centro de Palma para denunciar «el capitalismo y el afán por la conquista de recursos de los Estados Unidos. Hacemos un llamamiento a todos los jóvenes que quieran luchar contra la guerra imperialista», afirmó Juan Segura, responsable en Mallorca del Sindicato de Estudiantes, entidad convocante de la manifestación.

Los alumnos partieron pasadas las 12.00 horas de la Plaza del Tubo hacia Baró de Pinopar y Joan Carles I. En su recorrido gritaron eslóganes como «No a la guerra», «Esto nos pasa por tener un gobierno facha», «El del bigote, que se coma el chapapote» y «Hace falta ya otra huelga general». Ya en Joan Carles I, un reducido grupo de manifestantes se introdujo en el local de McDonalds portando pancartas y gritando alguna de las consignas.

Este acto no fue secundado por la mayoría de los manifestantes, que continuaron la marcha hacia la Delegación del Gobierno aplaudido por viandantes y acompañados por las bocinas de algunos vehículos que se sumaron a la causa.

«La respuesta del alumnado ha sido muy buena, aunque hemos tenido el impedimento de ciertos institutos, que no nos han permitido hacer asambleas. Esto supone una represión porque no nos han permitido defender la paz y la democracia», añade Isabel Busquets, portavoz del Sindicato de Estudiantes.

Catorce policías nacionales flanquearon la entrada a la Delegación del Gobierno. Allí, los estudiantes gritaron con fuerza «No a la guerra» y reunieron las pancartas que transcurrieron por la manifestación. En ellas se leía «Ningún soldado, ninguna bala, ningún euro para la guerra imperialista», «El pueblo europeo, unido por la paz» o «No a miles de muertos».

La manifestación terminó con un pequeño incidente protagonizado por un reducido grupo que lanzó tres huevos a la fachada de la Delegación del Gobierno. Miembros de la Policía Nacional tomaron la identidad de un manifestante.