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No hay instituciones más poderosas en la sociedad que los mismos negocios, por eso sus líderes hemos de asumir, hoy más que nunca, el liderazgo moral que nos corresponde», afirma Anita Roddick, mucho más que el alma de The Body Shop, una activista social, pionera en la batalla contra la experimentación con animales, de la comunicación sobre valores, de la dignidad femenina en la publicidad, del comercio justo y la responsabilidad social de las multinacionales.

«Si se quiere, se puede»
La empresa mallorquina Camper, presidida por Llorenç Fluxà, reconoce la gran labor de esta mujer menuda pero de inusitada fuerza y, sobre todo, ve en ella el ejemplo de un principio en el que creen a pies juntillas: «si se quiere, se puede». Por eso, para poner en marcha el centro de experimentación ecológica y cultural que la empresa zapatera acaba de abrir en Son Fortesa, en Alaró, han invitado a Anita Roddick y a su marido, Gordon, co-fundador y presidente de The Body Shop International.

Así, Anita Roddick se reunirá de manera informal, en Son Fortesa y en la mañana del próximo miércoles 19 de febrero, con un grupo de empresarios de las islas y otros venidos de fuera, para hablar de ese «Business as unusual», título del libro de Roddick que próximamente se editará en castellano, dando a conocer esa otra forma de hacer negocios, una manera moralmente responsable que ella y su marido llevan décadas practicando. Con mucho éxito, por cierto.

Pero no serán sólo los grandes empresarios quienes tendrán acceso a recibir las «enseñanzas» de esta mujer nacida en Littlehampton, en el año 1942, pues al día siguiente, el jueves 20, concretamente a las ocho de la noche, Anita Roddick ofrecerá una conferencia pública en el Centre Cultural Flassaders, situado en el barrio de sa Gerreria, de Palma. En ella, esta empresaria «subversiva» hablará de la responsabilidad social de las empresas y de la necesidad de que los empresarios lideren un cambio moral «en un mundo que se resquebraja».

Ejemplo de activismo
El matrimonio Roddick, fundadores de Body Shop en 1976, un negocio que hoy posee 2.010 tiendas repartidas por todo el mundo, que sirve a más de 77 millones de clientes en 52 mercados distintos, en 25 idiomas diferentes, ha sido ejemplo del activismo medioambiental desde el negocio. Campañas con el pueblo Ogoni de Nigeria, colaboradores de Greenpeace en la campaña internacional contra Esso, «gánster número 1 del calentamiento global», campañas en favor de las tribus amazónicas contra proyectos hidro-eléctricos, colaboradores de los indígenas brasileños y muchas más empresas solidarias les avalan.

Convencidos de que «los negocios tienen el poder de hacer el bien. Ésta es la razón por la cual la declaración de Misión de Body Shop es dedicar nuestro negocio a perseguir el cambio social y medioambiental», en palabras del propio matrimonio, Anita y Gordon Roddick estarán en Mallorca la semana que viene para «convencer» a otros.

Sin duda, una gran oportunidad, única por otra parte, para aprender que el negocio responsable y comprometido no es ni mucho menos una utopía y sí una necesidad.

Cristina Ros