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El 30 por ciento de los ciudadanos de Balears consideran que los impactos negativos que genera la industria turística en el Archipiélago superan a los positivos, según pone de manifiesto el «Estudio sobre las actitudes y percepciones de la población residente sobre el desarrollo turístico balear», que fue presentado ayer por el director del Centre d'Investigacions i Tecnologies Turístiques, CITTIB, Carmel Bonnin. Entre los efectos positivos de la primera actividad económica de las Islas, los ciudadanos destacan la saturación del tráfico rodado, el encarecimiento de la vivienda y la degradación del medio ambiente; mientras que la creación de empleo y la mejora de la calidad de vida de los residentes, son sus principales aportaciones a la sociedad.

El estudio del CITTIB, realizado mediante 2.000 entrevistas efectuadas a ciudadanos de Balears entre los meses de julio y octubre de 2002, revela que el 18 por ciento de la población considera que la actividad turística no presenta inconvenientes; el 20 por ciento creen que el turismo es muy positivo pese a sus impactos negativos; el 25 por ciento piensa que el turismo «ni es una bendición ni tampoco el culpable de todos los males»; el 21 por ciento, definido en el informe como «críticos radicales», propone un «cambio total de modelo turístico, basado en menos visitantes y de mayor calidad»; mientras que el 16 por ciento restante manifiesta su indiferencia al respecto.

Según el estudio del Govern, la mayoría de los ciudadanos residentes en el Archipiélago se manifiestan a favor de modificar el modelo turístico actual, mediante iniciativas que persigan la desestacionalización de la llegada de clientes y la potenciación de los segmentos de mayor calidad. La ciudadanía, además, se manifiesta en contra de incrementar la oferta de alojamiento en Balears aunque también deja claro que no quiere políticas que fomenten la disminución en el número de turistas que visitan anualmente las Islas.