Un vehículo intenta circular por una carretera inundada del municipio de Sant Llorenç. Foto: CATERINA VENY

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A. BASSA/C. VENY/C. MORENO
El temporal de lluvia azotó ayer con fuerza la comarca de Llevant. La alarma se producía de buena mañana. La preocupación entre los vecinos era evidente, sobre todo entre aquellos que viven a un paso de los diferentes torrentes y ya conocían las graves consecuencias de una torrentada. Aunque toda la comarca se resintió, el municipio que más padeció los efectos de la lluvia y el viento fue Sant Llorenç, donde fue necesario movilizar desde primera hora a todos los efectivos de la Policía Local e incluso a los bomberos de Manacor. Inundaciones en casas particulares, carreteras cortadas, peligro de desbordamiento de los torrentes y estado de alerta máxima fue el balance de la jornada.

En Sant Llorenç hay dos torrentes, el de ses Planes, con cuatro puentes, y el de Son Real. Ambos estuvieron a punto de desbordarse pero pudieron ser controlados. El alcalde, Mateu Puigrós, que participó en las tareas, explicaba: «Gracias a las obras de infraestructura realizadas en 1991, tras anteriores inundaciones, hoy no se ha desbordado el torrente».

El director general d'Interior, Antoni Torres, se desplazó a Sant Llorenç, donde se montó el centro de coordinación, para conocer de primera mano los efectos del temporal. Allí quedó hasta la tarde, momento en el cual los torrentes estaban controlados aunque la lluvia seguía cayendo. El Ajuntament de Son Servera se puso a su disposición el servicio de Protección Civil.

La lluvia también motivó que se cortaran algunas calles y carreteras e inundó diversas casas particulares, especialmente en la zona de Son Soler, donde abundan las construcciones junto al torrente.

El Departament d'Obres Públiques i Urbanisme del Consell de Mallorca procedió ayer a cerrar ocho carreteras. En la comarca de Llevant, fueron cerradas al tránsito de forma temporal los tramos Manacor-Sant Llorenç (por Conies), por el mal estado del Pont de sa Grua, el camí de Calicant, Artà-Capdepera, Artà-Canyamel y la travesía de la PM-V 331-2 de Manacor.

En la zona de Son Servera también se cortó la carretera de Cala Bona-Costa dels Pins y la secundaria de es Comellar Fondo, al mismo tiempo que se recomendaba a los conductores que se circulara con mucha prudencia y que se tomaran todas las precauciones necesarias.

A causa de la nieve acumulada durante la jornada anterior y la madrugada y mañana de ayer, así como por la presencia de placas de hielo, permanecían cerradas las carreteras que unen Caimari y Lluc, Sóller y Lluc desde el Mirador de ses Barques y Pollença-Lluc. Esta última carretera fue abierta y algunos conductores poco conscientes se saltaron las barreras que cerraban el paso en las dos restantes, lo que provocó la movilización de la Guardia Civil y del servicio 112.

El núcleo costero de sa Calobra, así como algunas viviendas aisladas de la Serra, continuaba ayer incomunicado y los escasos residentes en esta localidad del municipio de Escorca se mantenían en contacto telefónico con la Cruz Roja de Sóller por si se producía alguna urgencia.

En Manacor, el temor al desbordamiento del torrente de sa cabana volvió a aparecer pero no hubo ningún tipo de problema porque en todo momento quedó controlado.

En otros municipios de Mallorca también cayó mucha agua. Al mediodía de ayer ya se habían registrado alrededor de 111 litros de lluvia. En ese municipio, el pabellón polideportivo se inundó y no es la primera vez que sucede.

También en la carretera Inca-Port d'Alcúdia era difícil circular y se podía ver algunas fincas del campo inundadas. Una situación muy parecida se planteaba en es Pla.