Aldo Martínez se empapó de las vivencias e historias de los isleños emigrados a Argentina. Foto: LAURA MOYÀ

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Un retrato del exilio, del inmigrante balear que, por infinidad de razones, dejó su isla para ganarse la vida en otro continente. Un repaso a las historias y las tristezas de unos personajes repletos de añoranzas y deseos. Así es «Arrels», la exposición del fotógrafo Aldo Martínez que hoy se inaugura en la Sala de Actos de la Banca March. «Mi primera idea consistió en hacer retratos de inmigrantes de cualquier nacionalidad». Sin embargo, tras conocer a la familia Llompart, decidió centrarse en los de Balears. «Hablé con ellos y, después, me mostraron fotografías suyas de cuando estaban en Mallorca». Fue un flechazo, el nacimiento de «un amor por las Islas y sus gentes». Para completar sus retratos, decidió acompañar la imagen con la reproducción de una de esas fotografías antiguas. De esta manera, en la muestra se ve «el presente y sus ancestros».

«Soy nieto de inmigrantes y, durante ocho años, fui inmigrante en Mallorca». De ahí su implicación con las historias que le contaban. «Me emocioné con muchas, llegué a llorar». Conoció vivencias repletas de «desarraigo, de pérdidas y de añoranzas extremas», vivencias que perduran en los hijos y nietos de esos exiliados que habían ido a Argentina a labrarse un porvenir mejor. «Muchos huían del país debido a la crisis y las grandes necesidades que padecían». Y, muchos, nunca volvieron, «muriéndose con un dolor repleto de recuerdos».

Cada una de las imágenes se completa con un texto en el que se explica la historia del fotografiado. «Es lo que golpea al espectador». Muchas son tristes y, otras, no tanto. Algunas cuentan anécdotas como la del mallorquín que introdujo la ensaimada en Argentina, llevándosela hasta la provincia de San Pedro. O la de la Casa Balear de Buenos Aires, donde «los isleños se reunen para cantar, comer, beber, hablar y continuar con sus tradiciones».

Cuando Aldo Martínez descubrió su objetivo, decidió, primero, conocer las historias de los inmigrantes y entrevistarlos. Después, tras ver las fotografías antiguas, hacía el retrato. Así, «podía captar un gesto o un perfil individualizado del personaje». «Agradezco a los protagonistas el haberme abierto las puertas de sus casas y de sus recuerdos en un momento donde la inseguridad reina en las calles». Un momento en el que todo ha cambiado. Ahora, es Argentina la que vive la crisis. «Son los necesitados» y, muchos, «regresan» a sus orígenes.

Laura Moyà