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El ex cónsul de España en Rosario Nicolás Martín Cinto admitió ayer ante el juez instructor del «caso Formentera», Antoni Monserrat, que se registraron «algunas irregularidades administrativas» en la inscripción de emigrantes de Balears radicados en Argentina, y citó como ejemplo que las reclamaciones de determinados ciudadanos que se inscribían en el CERA no fueron remitidas a la Oficina del Censo Electoral dentro del plazo marcado. También dijo que algunas de las reclamaciones estaban sin fecha, otras se anotaron en impresos que no correspondían, pero rechazó de plano que esas anomalías fuesen producto de la mala fe. Martín Cinto declaró ayer en calidad de testigo durante siete horas ante el juez, el fiscal jefe de Balears, Bartomeu Barceló, los abogados Ascensión Joaniquet y Miquel Más, de las acusaciones particulares, y Rafael Perera, que defiende a Miquel y María de la Pau Segura.

Joaniquet y Más, en cambio, destacaron como «muy favorable para las tesis de la acusación», la declaración de Martín Cinto sobre el proceso seguido en su consulado para la inscripción de los emigrantes de Balears. En este sentido, el diplomático español admitió su extrañeza que personas mayores llegaban al consulado a bordo de microbuses procedentes de Santa Fe (distante a 180 kilómetros de Rosario) para solicitar la nacionalidad española. Dijo que venían con la documentación preparada y perfectamente en regla. Además, también mostró su extrañeza de que todas esas personas mayores acudieron al consulado en un período corto de tiempo, y que llegaban en microbuses fletados o alquilados por el Centro Balear de Santa Fe.

Dijo, en ese contexto, que al principio no supo que esas personas eran las mismas que luego se inscribieron en el CERA, pero luego, cuando recibió una comunicación en ese sentido del fiscal jefe de Balears (entonces Antonio de Vicente Tutor) pudo comprobar que coincidían. En cambio, Martín Cinto declaró que no le constaba que todas esas personas mayores iban acompañadas por Paulina Riera. También, dijo que ante la continua afluencia de personas mayores procedentes de Santa Fe, tuvo que ponerse en contacto con el Centro Balear para que espaciaran las visitas ante la posibilidad de que bloquearan el consulado.