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LL. LORENZO
El nuevo reglamento de supresión de barreras arquitectónicas exige que todos los edificios de nueva planta u objeto de grandes reformas y que tengan al menos siete metros y medio de altura habrán de ser accesibles a los minusválidos. El anterior reglamento, según recordó ayer el director general de Vivienda, Jaume Carbonero, tan solo obligaba a estar adaptados a los minusválidos los edificios de al menos once metros de altura. Igualmente, el nuevo reglamento incrementa las medidas que habrán de tener las cabinas de ascensores, que pasan a ser de 140 por 110 centímetros.

El president del Govern, Francesc Antich; el conseller d'Obres Públiques, Habitatge i Transport, Francesc Quetglas; el director general de Habitatge, Jaume Carbonero; el representante del colectivo de minusválidos y miembro del Consejo Asesor para la Mejora de la Accesibilidad y de la Supresión de las Barreras Arquitectónicas, Guillem Fullana, y el decano del Colegio de Arquitectos, Antoni Ramis, presentaron ayer la norma.

Carbonero explicó que «la redacción de este reglamento ha sido una tarea muy ardua y compleja por dos motivos. De una parte, porque elimina barreras que tienen un alcance muy grande y que se habrán de suprimir de manera integral. Por otra, la tarea es difícil y compleja por el espacio físico que abarca y porque las minusvalías son múltiples».

El director general de Habitatge recordó que el nuevo reglamento es fruto de una propuesta del Consejo Asesor para la mejora de la Accesibilidad y de la Supresión de las Barreras Arquitectónicas, en el cual están representados los colectivos de minusválidos y los arquitectos. Finalmente, Carbonero tildó el reglamento de «adecuado».