La Universitat de les Illes Balears (UIB) celebró ayer, con un acto
institucional y solemne que contó con la presencia del president
del Govern Francesc Antich, sus primeros veinticinco años de vida.
El acto comenzó con la entrada en la sala de la procesión
académica, mientras se escuchaba el Quartet de Trompes que
interpretó la 'Canzon' de Scheidt.
El rector, Llorenç Huguet, abrió la sesión y posteriormente dió
paso a la relatora, la periodista Joana Mas, que explicó los
orígenes universitarios en Balears que datan del siglo XXV, la
actual UIB nació el 18 de marzo de 1978 gracias a al apoyo de las
universidades de Barcelona (UB) y Autònoma de Barcelona (UAB),
cuyas delegaciones funcionaban en Palma antes de la creación de la
institución balear, explicó la relatora, recordando que «los
primeros pasos de nuestra universidad nacieron de los privilegios
otorgados por el rey Jaume II a la Universitat de Montpeller, que
se transforma en el epicentro sabio del Regne de Mallorca».
Acto seguido se procedió a la lectura del acuerdo y entrega de
medallas de oro a los doctores Antoni Roig -que fue presidente de
la Comissió Gestora de la UIB-; Gabriel Oliver y Carles Blanes, que
fueron presidentes del Consell Social de la UIB y las medallas de
plata a los doctores Joan Ramallo, Josep Miró, Bartomeu Barceló y
José María Lafuente, integrantes de la Comissió Gestora.
Posteriormente se procedió a la entrega de una placa
conmemorativa a los doctores Román Piña, Miquel Duran y a Luis
Francisco Piña, por su contribución decisiva en la creación de la
Universitat y su presencia en la Comissió Gestora.
Antoni Roig, presidente de la Comissió Gestora que en 1978
impulsó la creación de la UIB, explicó en su intervención que «la
vida universitaria es un no estar nunca satisfecho, porque siempre
se puede hacer más» y recordó que «aunque hicimos un gran esfuerzo,
por ejemplo no conseguimos poder abrir una Facultad de
Medicina».
Por su parte el doctor Josep Laporte, que el 18 de marzo de 1978
era rector de la Universitat Autònoma de Barcelona, indicó que «en
1978 había muerto el dictador pero aún persistían las estructuras
del régimen, y no fue fácil construir una universidad moderna,
democrática y auténticamente ligada al país, cosa que no pasaba en
las demás universidades españolas», apostilló.
«Pero la universidad balear supo resolver los problemas»,
precisó el doctor Antoni Maria Badia, que en 1978 era el rector de
la Univeritat Autònoma de Barcelona, si bien el de la calidad es
aún el reto actual, en tanto que el conjunto del Estado español
dedica apenas el 1 por ciento de su PIB a la investigación,
enfrente del 2 por ciento de la media europea.
Los doctores Lluís Ferrer y Joan Tugores, catedráticos
mallorquines que actualmente ejercen respectivamente como rectores
de las universidades de Barcelona, instaron a los académicos a
seguir la sociedad del conocimiento y de la ciencia.
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