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La venta de pescado y marisco en la pescadería del Mercat de l'Olivar se hará hoy sábado por última vez en el lugar habitual, a causa de la reforma del espacio comercial que empezará inmediatamente después de que se haya producido el traslado a los puestos provisionales, en la carpa exterior. A partir del martes día 25, los vendedores y compradores habituales de este producto deberán acostumbrarse a las estrecheces de las instalaciones provisionales, lo mismo que hasta hace tres semanas tuvieron que hacer los comerciantes de frutas, verduras, carnes y embutidos. Inmediatamente después de que estos hubieran cesado la actividad comercial en la carpa provisional y que esta hubiera sido desalojada, empezaron las obras de demolición de los puestos para adecuarlos a las necesidades de los vendedores y a las exigencias sanitarias que rigen para la venta del pescado fresco y congelado.

A pesar de la inminencia del traslado, ayer proseguían las obras al mismo tiempo que en alguno de los puestos más avanzados ya se empezaban a trasladar las cámaras de conservación y congelación, las cuales no serán conectadas al sistema central de compresores, como está establecido en la zona ya reformada, en donde se han eliminado los sistemas de refrigeración particulares. Está previsto que la reforma de la pescadería dure unos tres meses, de modo que en junio pueda normalizarse la situación, y los usuarios puedan volver a los nuevos puestos asignados.

Por otra parte se espera que a partir de junio o julio ya pueda entrar en funcionamiento el supermercado y alguno de los comercios de la planta superior, aunque esto último depende del programa de las propias empresas comerciales. En cuanto a la planta ya reformada y en funcionamiento desde hace tres semanas, existe satisfacción general, aunque ya se han detectado los primeros problemas en el embaldosado, que ya presenta algunos desperfectos subsanables, lo que ha motivado comentarios y dudas sobre si el material utilizado es adecuado para un mercado como este.