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Cerca de cinco mil personas, según fuentes policiales, se manifestaron ayer ante la sede de Delegación del Gobierno. El acto estuvo convocado por la Plataforma per la Democràcia y la Globalització Social, y contó con el apoyo de los sindicatos Unión General de Trabajadores, Comisiones Obreras y Central General de Trabajadores, entre otros, así como con el respaldo de todas las fuerzas políticas, a excepción del Partido Popular.

La concentración transcurrió con normalidad. El único aspecto relevante fue el intento fallido, por parte de los responsables, de organizar la cadena humana que tenían prevista ante lo concurrido del acto. La «ensaimada», como se referían los miembros de la Plataforma per la Democràcia a la cadena humana, dio unas tres vueltas alrededor de la sede y se deshizo por completo.

A partir de este momento, la gente se concentró ante Delegación del Gobierno y empezó el abucheo y los gritos de «asesinos, terroristas, ilegales...». También consignas como: «Si quieren petróleo que vayan a Galicia»; la clásica «Esto nos pasa por un Gobierno facha» o, señalando con el dedo al águila del recién restaurado escudo español de Correos: «Ahí está, esa es, la paloma del PP».

La idea, en un principio era «acordonar la Delegación, igual que lo hace la policía en la escena de un crimen y declarar a la única zona en Balears que aprueba estos asesinatos, zona criminal», aseguró Javier Juárez, portavoz de la Plataforma, sin embargo no pudo ser. Por otra parte, fueron bastantes los políticos y dirigentes que se dejaron ver en el acto: Eberhard Grosske, candidato a Cort por EU; Miquel Rosselló, conseller de Treball; Miquel Angel Maria, dirigente del PSM; Lorenzo Bravo, secretario general de UGT; Ramón Torres, concejal del PSOE; y Antoni Roig, portavoz y candidato a Cort por el PSOE, entre otros.