TW
0
JOAN SERRA

El president de Govern, Francesc Antich, explicó ayer las dificultades económicas, sociales y territoriales de la insularidad al comisario de Política Regional de la Unión Europea (UE), Michel Barnier, durante una reunión que mantuvieron por la mañana en Bruselas. El objetivo del encuentro era el de mostrar a Barnier las propuestas y enmiendas de las islas europeas recogidas por la Comisión de Regiones Periféricas en la reunión que ésta celebró en Palma el pasado 14 de marzo.

Estas enmiendas llegarán a la Convención Europea, que en la actualidad está debatiendo el contenido del futuro Tratado Constitucional de la UE. A la salida de su entrevista con Barnier, Antich declaró que la futura Constitución europea debe incluir criterios de cohesión territorial y no limitarse a los económicos y sociales. En este sentido, la peculiaridad geográfica y territorial de las regiones insulares debe tener una respuesta adecuada a sus necesidades por parte de las instituciones y las legislaciones europeas. En el mismo caso se encontrarían las regiones de montaña.

En el trasfondo de todas estas cuestiones se sitúa la ampliación de la Unión. La incorporación de nuevos países obligará a redistribuir las ayudas europeas, básicamente fondos estructurales y de cohesión. El president del Govern defendió ante Barnier que los territorios insulares como Balears no pueden salir perjudicados por esta redistribución de fondos, ya que cuestiones muy importantes para los ciudadanos, como por ejemplo los transportes, el medio ambiente, la energía, los residuos o la presión turística están muy condicionadas por la insularidad, lo que se traduce en sobrecostes económicos que desequilibran la competitividad de las empresas y la equidad respecto a los conciudadanos continentales.