El candidato de PSOE a la Alcaldía de Palma, Antoni Roig, se mostró
ayer convencido de que será el próximo alcalde de Palma durante los
próximos cuatro años. Roig descartó la posibilidad de un
«cambalache» para repartir la Alcaldía entre Grosske y el mismo por
un periodo de dos años cada uno de ellos. El candidato insistió en
alguna de las promesas electorales que ha realizado hasta la fecha,
como la gratuidad de los libros de texto, cuyo coste estimó en algo
más de dos millones de euros, la subvención de 10.000 euros para la
compra de la primera vivienda o la creación de 250 nuevas plazas de
Policía para la ciudad.
El candidato no quiso pronunciarse sobre si prefiere a Fageda o
a Cirer y tampoco se mostró beligerante con Matas o José María
Rodríguez. «Me preocupan los problemas de los ciudadanos», se
limitó a señalar. Antoni Roig aseguró que no tiene previsto retirar
la subvención a la Feria de Abril y bromeó con un internauta que le
planteó la posibilidad de apoyar el Ramadán o promocionar las
salchichas. Antoni Roig se refirió a la guerra, lamentó que haya
causado tantas víctimas y se mostró totalmente en contra del
régimen cubano.
El candidato del PSOE también anunció su intención de soterrar
las vías del tren en la zona del Parc de ses Estacions y anunció
una fachada marítima «sin cemento», además de nuevas zonas verdes
para la ciudad. Con respecto a la suciedad de Palma, Roig aseguró
que será una prioridad del Ajuntament la limpieza, así como la
actuación en todos los barrios de Palma.
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