TW
0

G. ALOMAR
Cuando el presidente norteamericano G.W. Bush aún no ha decretado oficialmente el fin de la cruenta guerra neocolonial de Irak, la flota británica que ha participado en los implacables bombardeos contra el país árabe ya descansa en Palma.

Desde el Ark Royal se han lanzado los tres helicópteros Chinook de la Royal Air Force y una docena del tipo Sea King del propio buque, destinados a transportar las tropas de Royal Marines y vehículos militares que han posibilitado la invasión. Una acción que, pese a haber causado ocho bajas entre su tripulación, al colisionar dos helicóperos, no ha afectado la moral de la dotación, según Alan Massey. El Ark Royal desplaza 20.120 toneladas a plena carga, mide 206 metros de eslora por 32 de manga y forma parte de una serie de tres buques gemelos entregados a la Armada britanica durante la primera mitad de los años 80. Diseñados para la lucha antisubmarina, asimismo ejercen como buques de mando de flota y defensa antiaérea. Propulsados por cuatro turbinas de gas, navegan a una velocidad de crucero de 28 nudos y su autonomía alcanza las 7.000 millas a 20 nudos.

Se trata del propio buque insignia, el portaeronaves H.M.S.Ark Royal al mando del almirante Alan Massey, que llegó ayer al dique del Oeste escoltado por el destructor H.M.S. York, donde permanecerán hasta el próximo sábado. Ambas unidades suman cerca de un millar de hombres y mujeres (un diez por ciento de la dotación es femenina), que descansan ahora en Mallorca tras concluir esta dura operación de combate que se ha prolongado por espacio de 104 días. Jornadas de alta tensión que dieron comienzo el pasado día 21 de marzo cuando, tras la terrorífica noche de «Conmoción y Espanto» desatada con el ataque norteamericano, la Royal Navy se dispuso a movilizar sus medios de asalto anfibio destinados a ocupar el sur de Irak, en torno a Basora y Um Ksar, donde opera ahora el contingente español.