El dirigente del PSC Pasqual Maragall llegó ayer a Mallorca para
apoyar a su «amigo» Francesc Antich y pronosticó que «los cambios
que se iniciaron con dificultad hace cuatro años ahora se
consagrarán». Maragall, acompañado por el propio Antich, aseguró en
una rueda de prensa celebrada en la sede del PSOE que el Govern
dePacte se ha convertido en «un referente para Catalunya y para el
conjunto de España y, en algunos aspectos, en toda Europa».
Maragall llegó a Mallorca con la lección bastante aprendida.
Durante su rueda de prensa, el líder socialista criticó la
decisión del PP de enviar a ministros a Palma para apoyar a Matas,
y también cuestionó que el Régimen Especial no haya podido ser
desarrollado. En un lapsus, Maragall puntuó con un «cero» la
política de infraestructuras, aunque no dejó muy claro si el
suspenso era para Madrid. Más confusión provocó Maragall cuando el
dirigente catalán se lamentó de «no haber podido viajar a Manacor
en tren porque está en periodo de pruebas». Además, Maragall habló
de la «conexión energética pendiente» entre la Península y Balears
y criticó que el Gobierno central se esté planteando construir un
nuevo gasoducto entre Argelia y España y, en cambio, niegue la
misma infraestructura para Balears.
En cualquier caso, Maragall no escatimó elogios para ePacte de
Progrés y, al igual que Antich, criticó que «la política del PP de
enviar ministros a las provincias». Al referirse a Matas, Maragall
dijo de él que había sido «el ministro del Plan Hidrológico y del
chapapote». En clave de política catalana, Maragall acusó a sus
rivales de CiU de «promover una cruzada en mi contra con el apoyo
de Aznar» y desveló: «está claro que CiU está a la baja y por eso
muchos de sus militantes vienen a los actos que celebramos los
socialistas».
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