La Platja de Palma se encontraba ayer repleta de turistas alemanes tomando los primeros rayos de sol. Foto: CLICK
La playa, en este caso concreto la Platja de Palma, ya no está desierta como hace una semana, en la que, por encima de los turistas, destacaban las hamacas amontonadas y muchos metros cuadrados de arena sin ocupar. Ayer y anteayer, la imagen de soledad había cambiado totalmente. Miles de alemanes y alemanas, seguramente la mayoría de ellos pertenecientes a los Kegel Klubs, se soleaban sobre hamacas, esterillas, colchonetas o toallas, eso los que estaban tumbados; que habíalos también de pie, incluso vestidos, o sentados sobre el poyete que limita el asfalto con la arena, cerveza en mano, mirando, hablando o cantando esas canciones que incluso cantan cuando están de vacaciones, como en esta caso, rodeados de otros alemanes. A todo esto, tanto por aire -desde un helicóptero- como por tierra -a pie o motorizado-, un buen servicio policial hacía notar su presencia, la cual es siempre muy positiva.
Y... ¿Era tal la afluencia de turismo debida al cambio político que la Comunitat acaba de tener, pero que todavía no se ha hecho efectivo? ¡Qué va! Nada de lo que estábamos viendo tenía que ver con que el Pacte había pasado a mejor vida; es más, muchos de los allí presentes seguramente no tenían ni idea de lo que había acontecido en Balears el domingo pasado a media noche. Entonces, ¿qué había motivado tal desembarco? Pues era debido a que la mayoría de los allí presentes -¿hemos dicho que eran miles y miles?- se habían venido a disfrutar el puente del «Día del Padre» -alemán, claro- a Mallorca, algo que suelen hacer cada año, aunque en otros algo más pronto -el «Día del Padre» no tiene una fecha fija- y que casi siempre marca el comienzo de la temporada, y más si encima ha finalizado la Bundesliga.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.