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Nepal y el mundo celebraron ayer jueves Katmandú la primera ascensión del Everest en presencia del sobreviviente de la epopeya, Edmund Hillary, y otros conquistadores del «techo del mundo». Las ceremonias fueron lanzadas por el príncipe heredero Paras Shah, quien sembró simbólicamente un piolet en una maqueta de la más alta montaña del mundo en presencia de varias centenas de escaladores que lograron vencer la cumbre, extranjeros y nepaleses, hombres y mujeres.

El 29 de mayo de 1953 a las 11.30 horas, Hillary, oscuro apicultor neozelandés y el sherpa Tenzing Norgay, llegaron a 8.848 metros de altura, tras 30 años de infructuosas tentativas de diversas expediciones. Sólo se quedaron allí un cuarto de hora, pero el acontecimiento continúa fascinando. La proeza es conmemorada por una serie de manifestaciones en Nepal, hasta en el campamento de base del Everest, pero también en Londres, y ha suscitado una importante cobertura de prensa internacional. La reina Isabel II de Inglaterra asistió a la celebración en la que varios integrantes de la expedición compartieron sus recuerdos ante una audiencia reunida en el cine Odeón de Laicester Square, en el barrio de las salas de cine y teatros de Londres.

Stobart, que vivió en Mallorca desde los años 50 hasta su muerte en los 70, estuvo representando en el homenaje por sus hijos Ben y Romy, ambos de Mallorca, y su hija mayor Gina, que ahora reside en Inglaterra. El acto tuvo lugar en el cine Odeon de Leicester Square, en el centro de Londres. En Katmandú, el príncipe heredero inauguró el último de los cinco días de festividades entregando la medalla del jubilado de oro del Everest a «Sir Edmund», quien a los 83 años sigue con le espíritu muy vivo.

Agencias