A Gabriel Verd ni se le pasa por la cabeza la posibilidad de que
los resultados de los análisis de los supuestos restos de Cristóbal
Colón demuestren que el origen del descubridor de América no es
mallorquín. Así lo manifestaba en Sevilla poco después de que
hubiera terminado la operación de extraer de sus respectivas
sepulturas los restos del navegante y de su hijo Fernando.
Al preguntarle el por qué de tanto misterio sobre el origen del
descubridor, es rotundo al afirmar que «fue por razones de Estado.
Si se hubiera revelado su origen habría producido problemas
dinásticos a los herederos de Fernando el Católico».
«En la urna de Colón hay muy pocos huesos, y son pequeños,
aunque el doctor José Antonio Lorente, director de la
investigación, me ha dicho que serán suficientes para efectuar las
pruebas de ADN, y que está convencido de que saldrán positivas»,
aseguró.
Aunque todavía no es seguro si los restos hallados son los de
Colón, se le plantea la posibilidad de que, después de tantos
traslados, los huesos realmente puedan estar en Sevilla y también
en Santo Domingo, como allí defienden. «Es posible, pero lo que a
mí me preocupa es demostrar que Colón era hijo del príncipe de
Viana y de Margalida Colom».
Casi treinta años de investigación, que comenzó a los 18 años,
«tras una visita al Museo Marítimo de Barcelona, en donde vi una
carta náutica de 1439 hecha por el mallorquín Gabriel Valseca, que
fue utilizada por Americo Vespuccio en 1499. Ahí fue donde empecé a
relacionar a Colón con Mallorca y empecé a investigar, leer las
teorías hasta enttonces escritas, visitando los archivos de
Salamanca y Barcelona, y efectuando muchos viajes. He escrito y
publicados dos libros con todo el material recogido.
Pep Roig, enviado especial a Sevilla
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