Bernardino y Antonio son dos jóvenes hermanos que sufren una
parálisis cerebral como consecuencia de una vacuna que recibieron
cuando eran pequeños. Están «condenados» a no poder salir de su
casa, ni tan siquiera para tomar el sol, porque su madre, Emilia
Vargas, está sola y no tiene dinero para poder comprar un vehículo
adaptado que les permita trasladarlos, entre otros sitios, a un
centro de rehabilitación al que necesitan acudir ambos
incapacitados.
Emilia Vargas, que fue abandonada por su marido y que no puede
salir de casa porque no puede dejar solos a sus dos hijos, lleva
años luchando para que la Administración le ayude. El vehículo que
necesita cuesta 29 mil euros, y sólo ha conseguido una ayuda
económica de 4.444 que le entrega el IBAS. «Si en dos meses no
puedo reunir el resto perderé este dinero y no podré sacar a mis
hijos a la calle porque no puedo mover yo sola las dos sillas de
ruedas».
Emilia no puede trabajar y percibe una pensión de unos 600 euros
al mes. Una parte de la paga la recibe por la minusvalía de su
hija, que tiene 21 años, y el resto porque ella sufre una lesión en
el brazo derecho «por las palizas que me propinaba mi marido». La
mujer explicó que la única oportunidad que tiene para poder salir
ella a la calle es cuando su hijo menor, que tiene 12 años, está en
casa y «se queda bajo el cuidado de sus hermanos, pero es una gran
responsabilidad para un niño tan pequeño». Además, a ella hace poco
le atropelló un taxi y tiene que operarse de una rodilla. A pesar
de todas estas dificultades Emilia está dispuesta a seguir luchando
por sus dos hijos y no permitirá que estén internados en un centro.
La mujer se ve obligada a pedir una ayuda económica y para ello ha
abierto una cuenta corriente en Sa Nostra y poder reunir el dinero
para poder comprar este vehículo adaptado y conseguir que «mis
hijos puedan tomar el sol». El número de la cuenta es el
04.970.560-58.
J.F. Mestre
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