La cita era ayer por la tarde en el Conservatori Professional.
Los alumnos de grado medio de Danza Contemporánea y de Danza
Española debían demostrar lo aprendido a lo largo del curso en su
actuación de final de curso. Instantes antes de empezar la
actuación, los nervios eran los protagonistas. Instantes después,
habían dado paso al baile en estado puro. Una de las imágenes de la
tarde fue la multitud de cámaras de vídeo y fotográficas en manos
de los padres.
Todos estaban intranquilos porque sabían que sus hijos se
jugaban el honor. Y, ya se sabe, los padres siempre son un público
muy exigente que presta atención a cualquier detalle y, sobre todo,
a cualquier fallo. La primera prueba fue una pequeña muestra de
Pantomima a cargo de cuatro alumnas. Empezaron caminando para
terminar corriendo sin moverse del sitio. Después, llegó el turno
de «Lligaments», una pieza que hablaba de «los lazos que se crean
entre las personas como la dependencia o la colaboración», en
palabras de Chus García, la profesora encargada de la coreografía
de la pieza y de «Escenas de recreo», el montaje que siguió a
«Lligaments» y que recreaba «escenas de un colegio y varios estados
de ánimo».
La segunda parte estuvo protagonizada por la danza española.
Concha Novo se encargó de las seis coreografías. Marina Rodagut y
Neus Fernández, de 12 y 13 años respectivamente, participaron en la
pieza «Sueño de un pescador», la historia de «un joven pescador que
sueña con un grupo de bailarinas», dijo Neus. En un momento de la
acción, «el sueño se convierte en realidad y el pescador baila con
las jóvenes», aseguró Marina. «El Caserío», «Sacromonte»,
«Castilla», «Gigantes y cabezudos» y «Boda de Luis Alonso»
completaron el cartel. Faldas de volantes, tacones y mallas negras,
los atuendos.
Laura Moyà
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.