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Los días de intenso calor que vive Balears se vieron reflejados anteayer en un nuevo récord de consumo eléctrico de junio en el sistema Mallorca-Menorca, alcanzando los 750 megavatios. El récord anterior correspondiente a junio, 746 megavatios, se registró el 27 del mismo mes de 2002. Este nivel de consumo ya fue igualado el pasado miércoles, pero al día siguiente, jueves, se vio superado.

Fuentes de la compañía energética GESA señalaron ayer que «el récord se ha superado en sólo 4 megavatios gracias a que los niveles de humedad han sido moderados. Con una humedad más alta, el récord habría sido superado con una mayor diferencia». En lo que respecta a Pitiüses, con un sistema eléctrico aislado de Mallorca y Menorca, no se ha superado su récord, pero sí se ha igualado. La «marca» pitiusa de 150 megavatios en el consumo, del 28 de junio de 2002, fue alcanzada también anteayer.

Cabe destacar que el récord absoluto de consumo eléctrico en el sistema Mallorca-Menorca no es de verano, sino de invierno. Fue el pasado 18 de febrero cuando, por primera vez en la historia, el mayor consumo de electricidad tuvo lugar en invierno. Fueron 809 megavatios que coincidieron con unos días de frío muy intenso. Así, el récord de verano (ya que el absoluto es de invierno) es de 769 megavatios, registrados el 20 de agosto de 2002. Volviendo a los datos estrictos de junio, los consumos máximos de 2003 y 2002 dejan muy atrás los valores más altos correspondientes a este mes en años anteriores. Si en 2002 se llegó a los 746 megavatios en Mallorca-Menorca y anteayer se alcanzaron los 750, en 2001 la máxima fue de 713 y en 2000, de 632.

Las temperaturas han experimentado un ligero descenso. Si los termómetros de Palma marcaron el pasado miércoles 34 grados, posteriormente han descendido hasta los 32. En el interior de Mallorca, las temperaturas alcanzaron máximas oscilantes entre los 32 y los 35 grados, pero igualmente se han ido moderando hasta estabilizarse en torno a los 29 y 30 grados. La máxima prevista para hoy en Palma es de 29 grados. En el resto de la Isla se prevén temperaturas muy similares, sin superar en ningún caso los 30 grados. Con ligero descenso o no, la verdad es que la sensación general es de calor y residentes y turistas no han dudado en acudir masivamente a las playas mallorquines para broncearse y, a la vez, refrescarse.