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La Asociación de Empresas de Alquiler de Vehículos de Balears, Transcar, hizo ayer un llamamiento al Consell de Mallorca para que dé una solución a la falta de espacios para el desarrollo de su actividad y advierten de que el cierre de los «rent a car» en suelo rústico tendrá graves consecuencias para el turismo de la isla. En un comunicado, los empresarios de este sector señalan que si se decreta el cierre de las 27 empresas en suelo rústico que existen, «éstas se verían forzadas a buscar una solución para recolocar la operativa de 15.000 vehículos», los cuales «podrían inundar las calles de Palma». Si no hay otra opción, añaden, los «rent a car» deberán trasladarse a otras zonas turísticas o cerrar, lo que supondría una pérdida de ingresos global de 50 millones de euros y unos gastos de más de 40 millones de euros, además de que 700 personas perderían su empleo.

Transcar recuerda que hace dos años presentó un proyecto que daría solución a esta problemática, y que consiste en reconvertir el área de Son Fangos en un centro para todas las empresas de alquiler de vehículos que lo deseen. Esta propuesta, añade el comunicado, está abierta a todas las empresas del sector que quieran participar «sin distinciones, ya que no es un problema exclusivo de las empresas radicadas en Palma, sino también de las existentes en el resto de Mallorca». El proyecto está impulsado por una cooperativa de empresarios, «pues según un estudio de la Cámara de Comercio, cerca de 800 empresas de diferentes sectores se encuentran en esta misma situación en la isla».