La Federación Balear de Caza rindió ayer un homenaje a quien ha
sido su presidente durante 15 años, Antonio Tomás Vaquer. Este
amante de la caza nació en Llucmajor el 13 de noviembre de 1934. Es
licenciado en Veterinaria por la Universidad de Zaragoza,
cofundador del Grup Turdidae Mediterráneo, del que en la actualidad
es coordinador junto a Giovani Bana, y vicepresidente de la
Asociación de Amigos Cazadores del Arte Tradicional de Caza,
entidad que tiene su sede en Bruselas. Al acto asistió el conseller
de Medi Ambient, Jaume Font, y alcaldes de varios municipios de la
Isla.
El ex presidente de la Federación Balear de Caza piensa que
«mientras haya peligro de extinción los ecologistas seguirán
cobrando del Estado». Sin embargo, «cuando el doctor De Lille
inyectó mixomas a los conejos o cuando se importaron conejos de
China infectados con la Neumonía Hemorrágica Vírica (NHV), hecho
que prácticamente arrasó con la población de estos animales en
España, nadie subvencionó a los cazadores». Antonio Tomás tienen
claro que prefiere morir de un tiro que de asfixia como mueren
algunos animales «algo que he visto muchas veces como inspector de
Sanitat», afirmó.
Hay dos momentos a lo largo de la presidencia de Antonio Tomás
Vaquer en la Federación Balear de Caza especialmente difíciles.
«Uno ocurrió tras la explosión de la Central Nuclear de Chernobil,
cuando sobre Mallorca se concentró la pluma con más contaminación
de uranio. El gobierno de Gabriel Cañellas, con muy buen sentido,
prohibió la caza y el consumo de tordos. Entonces me llegaron a
amenazar de muerte. Recuerdo una reunión en el Círculo Mallorquín
en la que se profirieron insultos contra Simarro, entonces
conseller de Agricultura, Biel Oliver, conseller de Sanitat, y
contra mí. Y es que aquella decisión afectó a muchos intereses
económicos», aseguró.
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