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Cala sa Nau, ya en el término municipal de Felanitx, mantiene su estado natural, pese a concentrar a numerosos turistas y público local, sobre todo durante el fin de semana. Circunstancia que se complica al consistir su acceso en un estrecho camino donde es difícil dar la vuelta y carecer de aparcamiento adecuado. Aun así, a efectos paisajísticos representa la antítesis de sus vecinas Cala Ferrera y Cala Serena, totalmente desfiguradas a raíz de una masificación hotelera que ha arrasado por completo su imagen original y que ha culminado este año precisamente, con la destrucción efectiva de un área natural de especial interés injustamente olvidada (como era la punta boscosa que separaba ambas calas, de particular belleza por su morfología y ángulo visual), en aras a la demolición, reconstrucción y ampliación de un complejo turístico, curiosamente ideado durante los años 60 a partir de unos esquemas bastante más respetuosos con el entorno medioambiental que su sucesor urbanístico.

Volviendo a Cala sa Nau, un enclave que nos recuerda algunos parajes del litoral de Menorca, se halla entre Cala Estreta y Cala Mitjana y de su existencia y cometido comercial ya se tenía constancia en el siglo XV merced a documentos relativos al transporte marítimos de piedras hacia Portocolom. Mucho antes, la llamada Cova des Moros, que se levanta en la bocana, posee un origen prehistórico de índole funeraria. Cerca de allí se encuentra también un manantial de agua dulce. El carácter virgen de esta cala se complementa, no obstante, con un equipamiento propio de un enclave urbanizado, lo que justifica su atracción por parte de muchos bañistas.

Gabriel Alomar