Hubo vuelos rasantes, piruetas de todo tipo e incluso dibujaron el cielo con humo. Foto: CURRO VIERA

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A las doce y media de la mañana de ayer, con estricta puntualidad, siete aviones de la Patrulla Àguila del Ejército del Aire invadían con sus acrobacias el espacio aéreo de Pollença, en una exhibición histórica sólo vista antes en Manacor y que levantó una gran expectación en toda la comarca. Una hora antes del inicio de la muestra la carretera de Inca a Alcúdia y la de Pollença al Moll quedaron completamente saturadas. Mientras los pilotos probaban su destreza sobre el cielo de la bahía, cientos de conductores se veían obligados a ver el espectáculo desde sus vehículos, inmersos en los numerosos atascos que se vieron aún más agravados al producirse cinco choques simultáneos a la hora de inicio de la exhibición de las Àguilas.

La exhibición no defraudó, a pesar de que durante unos minutos los siete cazas 101 del Ejército del Aire tuvieron que retirarse a un segundo plano para dejar vía a libre al hidroavión de la base militar, que recibió un aviso de fuego forestal. Tras su salida, se reanudó la actuación, que terminó con una pasada sobre la bahía teñida de los colores de la bandera de España. Los siete cazas realizaron durante cerca de 45 minutos distintas figuras acrobáticas, combinadas e individuales, con pasadas rasantes que hicieron temblar a más de uno. Vuelos invertidos, en línea, caídas en picado... hubo para todos los gustos.

Ésta es la segunda exhibición que realiza el Ejército del Aire en el Port de Pollença con motivo de las fiestas de la Verge del Carme que organiza la asociación de vecinos. Tras el éxito de la brigada acrobática paracaidista el pasado año, en esta ocasión ha sido el turno de los pilotos de la patrulla de las «Àguilas», venidos desde la base de San Javier, en Murcia. Miles de personas -un importante número de ellas en las inmediaciones del espigón del Club Náutico, donde varios militares daban explicaciones sobre cada acrobacia- se acercaron hasta la playa para disfrutar de la exhibición. Desde la rotonda del Port de Pollença hasta pasado Llenaire, casi llegando a Alcúdia, vecinos y turistas, fijaban sus miradas en el cielo; el mar, vacío de bañistas. Ya entrada la tarde, las fiestas del Carme se cerraron con la tradicional procesión marinera en el Port de Pollença.

E. Ballestero