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El nivel C de catalán ya no será un requisito imprescindible para entrar en la Administración autonómica. En concreto, los altos funcionarios de la Comunitat ya no estarán obligados a poseer el máximo nivel de catalán para ocupar sus cargos. Para el Govern, a partir de ahora el nivel C será un valor añadido para los funcionarios que quieren hacer carrera en la administración autonómica. El conseller de Funció Pública, José María Rodríguez, y la secretaria general técnica de este departamento, María Luisa de Miguel, presentaron ayer la propuesta de decreto sobre los niveles de exigencia de conocimiento de catalán para el personal de la Administración autonómica, que presenta muchos cambios en relación a la normativa aprobada por el gabinete dePacte de Progrés. «Hay que convertir en normal lo que en la calle es normal», señaló Rodríguez, quien recalcó que con el nuevo Govern la Administración autonómica «es bilingüe».

A partir de ahora, el Ejecutivo autonómico exigirá el nivel B a los administrativos, mientras que los titulados medios y los superiores ya no necesitarán el nivel C. Estos funcionarios sólo estarán obligados a disponer del nivel B de catalán para ocupar sus plazas. «El nivel C es muy alto y ha sido una experiencia muy negativa; ha sido traumático para muchas personas», planteó el titular de la Conselleria de Funció Pública.

A partir de ahora, el Govern podrá realizar pruebas de catalán a los aspirantes a entrar en la Administración. No serán necesarias, por lo tanto, las pruebas que cada año realiza la Junta Evaluadora del Catalán para dictaminar los distintos niveles de conocimiento. El nuevo decreto, que deberá ser presentado ahora a los sindicatos, también propone la exención del requisito de conocimiento de la lengua catalana para todo el personal funcionario de carrera que haya cumplido 50 años en el momento de la aprobación de la norma. El Ejecutivo, que podría aprobar el decreto en septiembre, quiere organizar cursos de catalán a través del Instituto Balear de la Administración Pública. «No hemos engañado a nadie; esta era nuestra propuesta electoral», aclaró Rodríguez, quien confía en el apoyo de los sindicatos. Este nuevo decreto no afectará al personal educativo y sanitario del Govern. En este sentido, Rodríguez calificó de normal que un médico de familia esté en posesión del nivel B de catalán, pero opinó que «cuando un ciudadano va al traumatólogo de la sanidad pública quiere que la operación vaya bien y le da igual si el médico sabe hablar catalán, castellano o inglés».