TW
0

Además del persistente calor y la suciedad en las playas, el tema de conversación de este verano está siendo lo difícil que está resultando comprar hielo en cubitos en los lugares habituales, y la causa no es otra que la extraordinaria demanda, que ha superado con creces todas las previsiones. Las fábricas han visto cómo sus cámaras de congelación se vaciaban con una inusitada velocidad y la producción no da abasto para atender a todos.

Los responsables de las fábricas mallorquinas de hielo coinciden en que lo de este año les ha sorprendido a todos, especialmente a las más pequeñas, «porque estamos hablando de calor continuado desde hace tres meses, lo que resulta insólito, y eso ha hecho que la demanda haya sido extraordinaria desde principios de junio», manifestó uno de los consultados.

Los veranos anteriores, la posible escasez por exceso de demanda se solucionaba comprando hielo a las fábricas de la Península. Pero el problema es que también en la Península padecen la misma situación climática que en Mallorca, calor continuado y exceso de demanda, por lo que apenas pueden atender sus propias necesidades y les es imposible complacer a los distribuidores de Baleares. Más sorprendente resulta que uno de los fabricantes asegure que están «recibiendo peticiones desde países extranjeros, porque la ola de calor es general en Europa, y no les podemos corresponder». Tampoco se sirve hielo para grandes fiestas ni verbenas, según manifestó otro de los fabricantes