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Culmina, de esa manera, un decenio (1993-2002) en el que el número de residentes en el archipiélago ha crecido en 170.000 personas. El crecimiento del volumen de empadronados del año pasado superó en un 0'5 por ciento la subida del 2001 y situó a Balears a la cabeza de las comunidades autónomas en cuanto al aumento de la población, así como por encima de la media estatal (1'8 por ciento) y de la Unión Europea (0'4 por ciento). En cifras absolutas, la población se incrementó el año pasado en Mallorca en 28.656 personas, en Eivissa en 5.599, en Menorca en 3.500 y en la isla de Formentera, en 586.

Sin embargo, en relación al número de empadronados en cada isla con que finalizó el 2001, el mayor crecimiento se produjo en Formentera (8'5 por ciento), seguida de Eivissa (5'9 por ciento), Menorca (4'6 por ciento) y Mallorca (4'1 por ciento). Los municipios con mayores incrementos vegetativos (relación entre el número de nacimientos y el de defunciones) fueron, en general, los costeros, mientras que en los del interior la tendencia fue el decrecimiento vegetativo.

Así, entre las localidades con más nacimientos que defunciones el informe de «Sa Nostra» destaca Palma, a la que siguen Eivissa, Calviá, Marratxí, Manacor, Llucmajor, Maó, Ciutadella y Alcúdia. Por contra, la reducción más relevante entre los 23 municipios con descenso vegetativo de la población se produjo en Llubí; esta situación no afectó a ninguna localidad de las Pitiüses y en Menorca, sólo a Es Migjorn Gran. La tasa de natalidad de Balears alcanzó el año pasado los 12'16 nacimientos por cada mil habitantes, por encima del 11'13 por mil de la Unión Europea y del 10'14 por mil del conjunto del Estado.