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El Govern comenzará a concretar en los próximos días la plasmación y desarrollo de los acuerdos alcanzados el miércoles en la cumbre valenciano-balear, informaron ayer fuentes del Ejecutivo que destacaron que, por encima de todo, se ha conseguido el objetivo político del encuentro: demostrar que «desde el acuerdo y colaboración», Balears puede tener presencia y poder de decisión y reforzar su papel en Europa y el Meditarráneo.

Los cerca de 30 acuerdos y protocolos de colaboración alcanzados en la reunión de los dos gobiernos son fruto del trabajo de varias semanas y algunos precisarán de más reuniones.

Según resaltan fuentes del Ejecutivo, la influencia de Jaume Matas en la actual dirección del PP, su conocimiento de la Administración y la cómoda mayoría de la que dispone en el Parlament le van a permitir sacar adelante sus propuestas y actuar como lobby para defender intereses comunes.

Tanto Matas como el presidente valenciano, Francisco Camps, pusieron énfasis anteayer en destacar que «desde la lealtad constitucional» era posible articular alternativas de colaboración. Desde el punto de vista político, parece claro -y en eso coinciden tanto el PP como la oposición- que se está profundizando en un «eje valenciano-balear».

Políticamente, la cumbre satisface a los dos gobiernos. Para el presidente valenciano, Francisco Camps, la presencia de Jaume Matas es un espaldarazo a su gestión, cuestionada por algunos cargos del PP valenciano, que piensan que se desmarca de la línea de su antecesor, Eduardo Zaplana.

Camps no dejó de agasajar a Matas durante su estancia en la capital del Turia. La jornada había empezado en realidad la tarde del martes, cuando el Ayuntamiento y la Generalitat organizaron una recepción a la delegación balear. Esta recepción se celebró en el Oceanogràfic de la Comunidad. Además de Camps, asistieron la alcaldesa de la localidad, Rita Barberà y la sucesora de Matas en el Ministerio de Medio Ambiente, Elvira Rodríguez.