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La evolución de la enfermedad de la 'lengua azul', limitada de momento a una explotación de ovejas del municipio menorquín de Sant Lluís, dependerá en buena parte de la meteorología. Esta fue una de las apreciaciones de los técnicos durante la visita realizada ayer por la consellera d'Agricultura, Margalida Moner, a la «granja centinela» de Son Palmer Nou, en Son Ferriol.

Las «granjas centinelas» son aquéllas donde se practica un especial control de una posible presencia de 'lengua azul' para activar, en su caso, una rápida reacción con el fin de evitar su propagación. En Balears hay ocho de estas granjas, cuatro en Menorca, tres en Mallorca y una en Eivissa, pero su número se verá incrementado.

María José Portau, jefa del Servei de Ramaderia de la Conselleria, y Josep Cerdà, jefe de Sanitat Animal del Institut de Biologia Animal de Balears, indicaron ayer que «el mosquito transmisor, eCulicoides, se ve favorecido por vientos húmedos y suaves, pero una temperatura inferior a los diez o doce grados lo deja inactivo. Si en los próximos días baja la temperatura, sobre todo de noche, las condiciones serán muy favorables para erradicar la enfermedad».