Luis Aguilé: «Yo soy escritor. Lo demás es por añadidura»

-¿Qué hizo usted en el siglo pasado?
-Escribí libros, teatro, grabé casi 700 canciones, de las cuales compuse más de 500.

-Finalista del Premio Planeta. ¿Cómo?
-Eso es. La primera vez fue en 1984 con la novela «Dominó», y la segunda en 1989 con «La guerra nunca aclarada». Me presenté con el seudónimo Alejandro Alcántara. Es que yo soy escritor por vocación. Si hubiera ganado el Planeta, me habría retirado de la canción.

-¿Se acuerda de todas sus canciones?
-No. Piense que algunas de ellas sólo las he cantado una vez y a lo mejor hace 40 años.

-Cuénteme lo de «Santa Margarita».
-(Sonríe). Adoro a la gente de Santa Margarita. Todo vino porque en 1963 viví en Santa Margarita una experiencia muy bella, casi espiritual y decidí componer una canción en su honor.

El compañero Tomás Monserrat interrumpe la entrevista y le pregunta a Luis Aguilé: ¿Santa Margarita está en deuda con usted?

-Muy interesante esa pregunta. Yo nunca he esperado nada de la gente. Mire, los artistas somos servidores morales y espirituales del público. Pero le diré que esta canción dio la vuelta al mundo, incluso hay una versión en japonés, fíjese usted. En España saben que hay un pueblo en Mallorca que se llama Santa Margarita gracias a esta canción. Pero bueno, en su día ya me dieron una placa.

-¿Es usted el inventor de la canción del verano?
-Sí. Le explicaré ese concepto. En 1963 saqué a la luz la canción «Dile»; en aquella época las casas discográficas cerraban en agosto por vacaciones, pero debido a la explosión de simpatía tan grande que había hacia mí en España y al éxito tremendo de esta canción, mi compañía de discos Odeón se vio obligaba a llamar a sus empleados y a abrir la fábrica para hacer discos. La verdad es que les di el verano a esos pobres trabajadores.

-¿Sabe usted qué es un friki?
-¿Un tiro libre?

(Un tiro libre de fútbol en inglés es free kick).
-No, es un personajillo extravagante, estrafalario que roza la monstruosidad. Por ejemplo, los frikis del Hotel Glam, que volvieron a popularizar «Es una lata el trabajar».

-¡Ah, vale!

-También ha vuelto «Dile», primero como sintonía en inglés de la serie americana Aly McBeal y ahora gracias a un anuncio de una cadena de supermercados.
-Hasta Plácido Domingo hizo una versión de ella. Es que «Dile» es un milagro. Hace 40 años toda la juventud de la época la tomó como su canción moderna. Hoy han vuelto a hacer lo mismo sin saber que tiene 40 años.

-¿Es difícil hacer una canción sencilla y pegadiza?
-Mucho, ya que tienes que acertar con el estado de ánimo popular de ese momento.

-¿Por qué salió de Cuba si es usted de Buenos Aires?
-Porque viví en Cuba. Ya le he dicho antes que yo en el siglo pasado hice muchas cosas.

-¿Cómo se define: cantante, compositor, presentador, actor...?
-Le repito, soy escritor. Todo lo demás es por añadidura.

-Pero usted es famoso por cantar.
-No soy famoso, soy artista. Y por eso conocido y como mucho, reconocido.

-¿Y entonces, quién es famoso?
-Pues un ladrón, un estafador o los frikis a los que usted hacía referencia antes.

-¿Fue usted un hombre adelantado a su tiempo?
-No, sólo un gran trabajador. Eso sí, yo he asfaltado el camino a muchos artistas. He sido pionero en varios géneros, como la balada italiana en América, o el rock and roll en español. Ríase usted de los Ricky Martin, Alejandro Sanz o Luis Miguel. Yo antes de llegar a España ya había sido disco de oro por ejemplo en Cuba, que por cierto me lo quitaron en la aduana por ser de oro de verdad.

-¿Quién se pasó antes la guitarra por detrás, usted o Peret?
-Yo, por supuesto, hay fotos que lo atestiguan.

-Vive de los recuerdos.
-No puedo, ya que me quitaría tiempo para crear.

-¿Cómo se lo ha hecho para estar con más de 300 mujeres diferentes?
-No se sorprenda, es una cifra normal para un hombre que ha estado 45 años en el mundo del arte. Es una cifra razonable teniendo en cuenta la cantidad de oportunidades que se tienen.

-¿Qué le parece Letizia Ortiz?
-En una pareja debe decidir la pareja. Me parece magnífico el camino institucional que ha tomado la Monarquía.

David J. Nadal