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Los datos que obran en poder de los expertos del CRE apuntan a que el PIB balear podría cerrar el año con un crecimiento de en torno al 1%, lo cual significa que la economía balear «empieza a tomar aire» aunque «aún es pronto para hablar de recuperación», según dijo ayer el director de ese centro, Antoni Riera.

Otra vez, los pivotes en los que gira ese crecimiento son el turismo y la construcción, esta vez, de obra pública, ya que el segmento residencial mantiene «una persistente contracción», explicó Riera.

El CRE realizó estas previsiones, que suponen doblar el crecimiento del PIB de 2002, durante la presentación del informe de coyuntura económica del segundo trimestre del año, en el que se asegura que la economía balear creció un 1% durante ese periodo y se prevé que lo haga en un 1,3% en el tercero.

En ese contexto, la bajada de los precios hoteleros en las Islas «parecen haberse traducido no tan sólo en un estímulo de la demanda, sino también en un descenso de los ingresos hoteleros. En este sentido, según las estadísticas de ingresos hoteleros, estos disminuyeron un 1,1 y un 1,7% durante los meses de julio y agosto, respectivamente.

En cuanto a la construcción, la licitación oficial ha continuado creciendo de manera importante en Balears durante el segundo trimestre (82,4% interanual), lo que unido al incremento del 373,1% acumulado durante el primer trimestre garantiza el dinamismo del sector a medio plazo.

Por contra, las expectativas de actividad para el segmento residencial son menos favorables a causa de la persistente contracción del sector en Mallorca. Así, una vez más, las viviendas visadas por el Colegio de Arquitectos Técnicos de Mallorca han disminuido en tasa interanual en el segundo cuatrimestre un 18,2%, a pesar de que la superficie visada ha crecido un 3,0% interanual gracias a los visados de obras no destinadas al uso residencial.

El consumo privado, asimismo, continúa creciendo por debajo del PIB, en lo que Riera denomina «atonía» de ese sector. El consumo privado registró, pese a todo, un tímido repunte de una décima porcentual respecto al trimestre anterior, al crecer un 0,8% interanual, debido a los gastos en en bienes duraderos (las matriculaciones de auotomóviles aumentaron un 18,7% durante el segundo trimestre, y un 15,3% durante el tercero). El estancamiento del consumo, según explicó Riera, se palía con los datos de la encuesta de presupuestos familiares, a través de los cuales se indica que el gasto medio por persona creció un 2,3% interanual durante el segundo trimestre, aunque comporta un descenso real al descontar el aumento de lo precios. Disminuyó, en cambio, el gasto en alimentos, bebidas y tabacos hasta un 9,8% nominal interanual.

Con respecto a la falta de dinamismo laboral, reflejado en un crecimiento débil de la ocupación y una evolución al alza del paro, el informe señala que esa coyuntura «empieza a ser una constante».