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Mariano Rajoy, el candidato a suceder a Aznar en la Presidencia del Gobierno, es gallego como José Blanco, el secretario de Organización del PSOE. Pero ahí acaban las similitudes. Mientras que a Blanco fue fácil hacerle decir hace unos días que Antich sería un buen ministro, con Rajoy no hubo forma. Preguntado en dos ocasiones sobre las posibilidades de Jaume Matas como ministro en caso de que él fuera presidente, respondió a la gallega. Primero -y preguntado sobre esta posibilidad- dijo que él desconocía que el asunto se hubiera planteado en Balears y añadió que él nunca había hablado con Matas de este asunto. Al insistirle, añadió que antes tiene que convencer a los demás de que él mismo será «un buen candidato».

El secretario general del PP hizo estas consideraciones durante un encuentro que mantuvo con los medios informativos tras reunirse con el president balear en el Consolat de la Mar. Rajoy viajó ayer a Palma para participar en diversos actos del partido que hoy tendrán continuidad. Es su primera visita a Balears desde que fue elegido como candidato a la Presidencia.

El dirigente popular -que tras su comparecencia informativa, presidió una reunión con los dirigentes de Balears y después asistió a una cena mitin- reiteró la posición de su partido en relación al Plan Ibarretxe y mantuvo que no entendía cómo «en el siglo XXI hay partidos que juegan al separatismo».