Más de 200 inmigrantes acudieron ayer a la Administración
Periférica de Palma para legalizar su situación antes de la
implantación de la nueva Ley de Extranjería, que entra en vigor el
22 de diciembre.
Varias personas estaban haciendo cola a partir de las 16.00
horas del día anterior (jueves, 18) con el firme propósito de
entregar la documentación para regularizar sus permisos de trabajo
y residencia. Poco a poco, y a medida que pasaba la noche, la gente
iba llegando para hacer cola pacientemente. Sofás en la calle,
puertas de coches abiertas con gente dentro, colchones y sillas por
doquier. Éste era el panorama de una noche muy larga.
Antoni Moyà, graduado social que tramitaba unos papeles para un
ciudadano ecuatoriano, contaba: «Poco después de la madrugada ya
éramos muchos. Para evitar que la gente se colase, se hizo una
lista en la que todo el mundo se iba apuntando, en orden de
llegada. Después, la gente aguantaba en la cola o se iba a dormir a
los coches cercanos. Cada tres horas, se pasaba lista para
comprobar que, efectivamente, esa gente estaba allí esperando. Esto
se hace así porque siempre hay alguien que se apunta en la lista
sólo para irse a casa a dormir».
Pese a que había más de 200 personas apuntadas a esta «lista
previa», la Administración repartió un total de 100 números, por lo
que quedaron sin atender más de un centenar de personas. A las 9.30
de la mañana los funcionarios dieron el último número. A partir de
ese momento ya no se recibiría a nadie más. En pocos minutos, la
cola de inmigrantes se desvaneció.
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