TW
0

MONICA GONZALEZ/EFE
Recien llegado de la ciudad iraní de Bam, el presidente de la Cruz Roja Española y de la Federación Internacional de esta organización y de la Media Luna Roja, Juan Manuel Suárez del Toro, anunció ayer en Palma que la institución y la Subsecretaría General de Naciones Unidas han realizado un llamamiento para reunir 40 y 29 millones de dólares respectivamente que, según calculó, «permitirán atender a los damnificados del terremoto de Bam durante los próximos seis meses». Tras finalizarse la etapa del rescate de las víctimas y de los supervivientes, confirmó que «ahora lo importante es la atención a los más de 15.000 heridos, 2.000 niños huérfanos y las cerca de 80.000 personas que lo han perdido todo».

Ante los ataques que, cada vez con más frecuencia, sufren los voluntarios en las zonas de conflicto, el presidente de Cruz Roja Internacional, confesó su preocupación. Avanzó, al respecto, que la Cruz Roja comenzará una campaña informativa para «divulgar el derecho internacional del voluntariado en los países en conflicto, con la idea de evitar que los ataques a representantes de la ONG se conviertan en una tendencia». Suárez del Toro se entrevistó ayer por la tarde con el presidente del Govern, Jaume Matas, a quien manifestó «mi disposición a seguir colaborando en distintos campos, como el de la cooperación internacional», así como a incrementar los servicios asistenciales y sociales. El máximo responsable de esta entidad se refirió también a la labor que realiza Cruz Roja con los inmigrantes irregulares y aseveró que esta institución «seguirá velando para que estas personas reciban un trato digno».

Suárez del Toro no desdeñó la importancia de la «ayuda psicológica que estas personas necesitarán, probablemente para el resto de sus vidas», una atención para la que también se precisan recursos. Otro de los «puntos calientes» del planeta es Irak, un país en el que la Cruz Roja trabaja a través de la Media Luna Roja. Preguntado sobre la situación del ex dictador iraquí, Sadam Husein, el dirigente de la ONG señaló que como prisionero de guerra «tiene los derechos que estipula el Convenio de Ginebra, que permiten que representantes del Comité Internacional de la Cruz Roja puedan visitarlo», si bien reconoció que se desconoce cuándo se pueda realizar esta visita.