La tradición con raíces en el mundo rural mallorquín y las
connotaciones reivindicativas se mezclaron ayer sin complejos en la
temática de las carrozas de las beneïdes de Manacor. Un desfile que
además destacó por la espectacular participación -más de 30
carrozas- y por el cambio de recorrido. Las beneïdes de carrozas,
cabriols, carros y carretons y todos tipo de bestias este año
recorrieron la avenida Baix des Cós, la calle de la Mare de Déu de
les Neus, la plaza Ramon Llull, la vía Portugal y la calle
Vergara.
En las beneïdes también se echó en falta al presidente del
Patronat de Sant Antoni y alma de las fiestas en Manacor, Mossèn
Mateu Galmés, que aquejado de una dolencia no pudo asistir a tan
importante evento. Este año, el encargado de bendecir a todos los
participantes fue el rector de Son Macià. Además, presidieron las
beneïdes el alcalde de Manacor, Antoni Pastor, la consellera de
Presidència, Rosa Puig y demás regidores del Consistori
manacorí.
El baile de los dimonis animó todo el recorrido de las beneïdes
en Manacor, que acompañados por la banda de música, dieron
nuevamente razón de ser al espíritu santantonier que ha vivido la
ciudad estos días. Como manda la tradición, todas las carrozas que
participaron en el acto fueron obsequiadas con una ensaïmada y una
botella de cava. También recibieron premio los cabriolets, el
animal mejor presentado y la mejor montura de caballo. La carroza
más galardonada fue la que reconstruyó un antiguo horno de
leña.
C.Veny
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