Niños y padres del colegio Maria Antónia Salvà portaron una tela que reproducía una autovía. Foto: SEBASTIÀ AMENGUAL

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Son Sardina salió ayer por la tarde a la calle para participar en la Rueta del Col.legi Públic Maria Antònia Salvà con los alumnos de Infantil y Primaria. Una Rueta que escenificó de forma metafórica la destrucción que supondrá para esta zona el segundo cinturón. La comitiva discurrió por la calle Passatemps. Primero els xeremiers y los que portaban la pancarta en la que se leía «Rua 2004 del colegio Maria Antònia Salvà», seguidos de los más pequeños, disfrazados de corderitos.

Luego aparecieron otros más mayores, con careta de rata, unos, de búho, otros, de gatos, otros, con flores en la ropa y otros, con pegatinas en la frente, otros, con traje y corbata. Después, los padres, que portaban un trozo de autovía confeccionada con tela negra y tiras blancas a modo de arcenes y mediana, autovía que, de pronto, tomó velocidad para pasar por encima de los críos, como arrasándolos. Pero la esperanza también estuvo presente y también simbolizaron la fuerza del barrio cuando la tela se colocó en el suelo como si se rindiera a las reivindicaciones por ser pisada por los últimos participantes.

Cerraba la Rueta una comparsa de viudos de luto riguroso con pancartas en las que se leía RIP a la cultura, la lengua, la tolerancia y a Son Sardina. También, a poco que los padres empezaron a tararear lo de Qui estima Mallorca no la destrueix, los chicos siguieron con el tarareo. Además, los padres portaban pasquines alusivos a la polémica. Todos los presentes dejaron claro que no querían el segundo cinturón.

P. Prieto