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La declaración de servicio público de los vuelos interislas lleva dos meses de aplicación y ha sido acogida de manera desigual entre ciudadanos y colectivos de Balears. La declaración fija un precio máximo de 72 euros ida y vuelta -a esta cantidad debe aplicarse el descuento del 33%- y regula un número mínimo de vuelos entre las distintas islas. Además, la declaración permite un control sobre los precios que aplica la única compañía que realiza los trayectos. Así, y a partir del próximo año, Air Nostrum deberá ajustarse a la subida de precios que establezca el Ministerio de Fomento, un control que hasta ahora no existía y cuya ausencia ha provocado que los precios se hayan duplicado en sólo cuatro años.

La declaración tiene pros y contras. Por una parte, se han rebajado los precios de manera sustancial, aunque posiblemente los 72 euros por ida y vuelta resulten insuficientes para muchos ciudadanos. Es cierto que en algunos meses del año era posible viajar entre las distintas islas por menos dinero, pero habría que estudiar en qué circunstancias y en qué período del año. En verano resultaba fácil comprar billetes por debajo de los 72 euros, pero no ocurría lo mismo en temporada baja. Además, la declaración de servicio público ha supuesto un alivio para los ibicencos y menorquines, que tenían muchísimas dificultades para encontrar un vuelo hacia Palma a determinadas horas del día. Ahora se han normalizado los trayectos y la mejora es también muy evidente. En definitiva, existen garantías para los usuarios del servicio, que es lo más importante.

Pero hay que avanzar mucho más. El anuncio del Govern de reivindicar un incremento de los descuentos supondría un paso muy importante. Sólo falta saber si Fomento aceptará esta propuesta del Ejecutivo, que comenzará a negociarse después de las elecciones.