El PP no tendría mayoría absoluta si las elecciones del domingo
hubieran sido autonómicas y no generales. El Parlament balear
tendría una configuración completamente diferente ya que no
siquiera los votos de UM servirían para convertir a Matas en nuevo
president. A pesar de que la extrapolación del voto es ficticia, ya
que las motivaciones a la hora de votar cambian de forma radical
cuando se trata de elecciones generales o autonómicas, la
simulación sirve para comprobar el masivo cambio de voto que se ha
dado en Balears en menos de un año, desde que se celebraron las
elecciones autonómicas en mayo de 2003, hasta las generales del
domingo.
El Parlament tendría 28 diputados del PP (ahora tiene 30), el
PSOE subiría hasta 26 (ahora cuenta con 19) los Progressistes
obtendrían 4 (ahora suman 7) y UM bajaría de tres a un diputado. En
el Ajuntament de Palma, el cambio también sería sustancial. El PP
perdería la mayoría absoluta al lograr un concejal menos de los que
tiene en la actualidad. De 15 pasaría a 14. El gran beneficiado de
estas elecciones sería el PSOE, que pasaría de los nueve concejales
que tiene ahora a los 13 que habría obtenido el domingo. Los
progresistas lograrían dos asientos en el Ajuntament de Palma en
lugar de los cinco que ahora suman EU-EV y el PSM.
Por lo que respecta a los resultados en Mallorca, el PP
mantendría resultado (16 escaños) y el PSOE pasaría de nueve
consellers a 13. Los progresistas pasarían de cinco a tres y UM, se
quedaría con un sólo conseller que volvería a ser decisivo a la
hora de gobernar la institución. En el Consell de Menorca los
resultados no sufrirían ninguna variación. El PSOE volvería a tener
seis, los mismos que el PP, y los progresistas lograrían el
representante que ahora tiene el PSM.
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