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JULIÀN AGUIRRE
Tras cuatro días circulando por las carreteras de Mallorca, el Trofeo Internacional del Automóvil Clásico, que ha acogido a más de 140 coches deportivos fabricados con anterioridad a 1970, finalizó con una espectacular carrera a pista cerrada en el circuito de Llucmajor. Ferraris, Porches, Lancias, Jaguars, Mercedes... las marcas míticas cautivaron a cientos de personas que acudieron a disfrutar de una soleada y apasionante jornada a todo motor. Aunque la mayoría de los participantes eran extranjeros, sobre todo alemanes, el reducido grupo de pilotos y copilotos mallorquines tuvieron un sobresaliente apoyo del público, que vitoreó y aplaudió los trompos, frenadas, acelerones y más de un espectacular accidente.

Desde primera hora de ayer los coches que durante estos días han desfilado por la Isla, salieron de Porreres en un paseo hasta el circuito donde mecánicos y propietarios ponían a punto las máquinas. El público, en su mayoría apasionados del mundo de la velocidad y de estas joyas automovilísticos, no perdió la oportunidad de realizar fotografías a los modelos más alucinantes, caros y entrañables.

La firma Ferrari, una de las más caras del mercado, se llevó todos los elogios de los espectadores, que admiraron también los modelos deportivos que figuraban en el párking, con sus líneas aerodinámicas. Los cabrios fueron otros de los modelos, junto a Mercedes clásicos y elegantes Jaguar, más fotografiados. El buen tiempo invitó a que los asistentes pudieran disfrutar al aire libre de este inusual espectáculo. La competición finalizó con la entrega de trofeo a los ganadores.