Las «escasas» posibilidades de crecimiento previstas en el Plan
Territorial de Mallorca (PTM) contribuirán a que los propietarios
no saquen suelo nuevo al mercado a la espera de su revalorización,
lo que tendrá una repercusión en el precio final de la vivienda,
según advirtió ayer el director general de la Asociación de
Constructores de Balears, Manuel Gómez, quien recomendó al Consell
de Mallorca que atienda las alegaciones presentadas por las
patronales del sector e incremente los niveles de crecimiento
urbanístico previstos.
Gómez presentó ayer el balance de actividad del sector en 2003
acompañado por el presidente y el vicepresidente de la patronal de
constructores, Sebastià Pastor y Miguel Toledo, respectivamente,
quienes anunciaron que las 800 empresas asociadas registraron una
facturación conjunta de 2.022 millones de euros en 2003, un 11,1
por ciento menos que en el año anterior. El desglose por tipos de
actividad pone de manifiesto que la facturación por construcción
residencial cayó durante el año pasado un 16,16 por ciento tras
descender otro 31,5 por ciento durante el año anterior (ver
gráfico).
Las actuaciones englobadas en «otras actividades» proporcionaron
a las empresas de las islas un volumen de negocio de 440 millones
de euros, un 14,4 por ciento más que en el 2002. El tercer
subsector en aportación fue el de obra pública, con una facturación
de casi 431 millones de euros en 2003, y un crecimiento del 28 por
ciento sobre el año anterior. La facturación por «obras menores»,
reformas no reflejadas en los visados de los colegios
profesionales, se desplomó un 71,76 por ciento y aportó una
facturación global de 110,822 millones de euros a las empresas del
sector.
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