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TORRES BLASCO/JUAN MESTRE
Antich no tomará ninguna decisión en solitario y antes de pronunciarse sobre la propuesta que el jueves le entregó el president Matas -un acuerdo entre tres partidos, PSOE, PP y UM, para defender ante el futuro Gobierno de España los proyectos del convenio de carreteras renunciando momentaneamente a la autovía entre Inca y Manacor-, consultará con su partido e intentará extenderlo a los demás. Antich no estaba ayer en Palma -acudió a la reunión del Comité Federal socialista- y fue el portavoz adjunto del grupo parlamentario, Francesc Quetglas, quien inició los primeros contactos.

Quetglas conversó con dirigentes socialistas de Mallorca, Menorca y Eivissa y llegó a algunas conclusiones: que el PP y UM aprovechan la nueva situación política para «renunciar definitivamente a una autovía que sabían que no se iba a hacer y que no estaba en ningún programa electoral»; que los auténticos interlocutores tienen que ser los gobiernos de España y Balears; que el acuerdo debe extenderse a otros partidos y que debería dar lugar a un debate más profundo sobre los proyectos. Citó al segundo cinturón y a la autopista a Sa Pobla, cuestionados también por otros partidos y las plataformas.

«Partiendo de que estaba cantado que no se iba a construir la autopista a Inca, que tanto rechazo ha provocado, es el momento de analizar los proyectos y de revisar su estado de ejecución y si reunen todas las garantías». Quetglas habló de «buena voluntad» por parte de los socialistas pero anticipó que «no habrá una respuesta ni hoy, ni mañana ni pasado». La consellera d'Obres Publiques, Mabel Cabrer, admitió ayer que los negociadores finales del convenio son los gobiernos pero que es importante que el PSOE balear «influya» ante Zapatero.