El objetivo del viaje era dar una respuesta rápida frente a la
situación de catástrofe que se vive en la zona desde el terremoto,
a fin de evitar los problemas de las aduanas y otros impedimentos
que encarecen los costes. Así, se pretendía comprar el material que
la ayuda internacional no había cubierto todavía, comprobarla
efectividad de la distribución y evitar que fuesen repartidos de
manera injusta, lo que se logró mediante la gestión de entidades
locales.
La compra del material se efectuó en la ciudad de Nador e
incluía material de cocina (ollas, cucharas, platos o tazas),
útiles de limpieza, 150 lámparas de gas y plásticos para las
cubiertas. Según el Fons Mallorquí de Solidaritat, este sistema de
actuación, con compras en el lugar afectado, con la gestión de las
asociaciones locales y delegados propios con conocimiento del
terreno y contactos «evita muchos problemas». Desde esta entidad se
consideró que «pese al clima de opinión desfavorable provocado por
los lamentables atentados del día 11 en Madrid, creemos que la
cooperación para el desarrollo y la solidaridad con los paíes
pobres ha de continuar». «Hemos convivido y convivimos con los
marroquíes desde hace mucho tiempo y compartimos una misma región
mediterránea, donde la paz y el desarrollo son todavía retos
pendientes», añadió.
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