La construcción de la autovía provocó una de las manifestaciones más multitudinarias de Mallorca.

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El periodo de información pública ya ha finalizado, por lo que, a la espera de lo que resuelva la Comissió de Medi Ambient, tan sólo quedará el trámite de licitar las obras. La consellera explicó que el Ejecutivo no tiene la intención de paralizar el expediente hasta que no haya una respuesta y, si no la hay, las obras podrían comenzar en el plazo de seis meses. «El Govern esté en condiciones de iniciar las obras en septiembre», aseguró la titular d'Obres Públiques, quien añadió que la nueva autovía podría inaugurarse en septiembre de 2006. Cabrer reconoció que el aplazamiento de la autovía responde a la nueva realidad que dibujaron las urnas el 14 de marzo pasado. «Hemos optado por el aplazamiento en aras de que el resto de las infraestructuras salgan de una vez por todas adelante, tras años de retrasos», dijo la consellera. En cualquier caso, precisó que el Govern sigue creyendo en este proyecto.

Mabel Cabrer insistió en que el president del Govern, Jaume Matas, hizo una propuesta de acuerdo al secretario general del PSIB, Francesc Antich, con el compromiso de aplazar este proyecto si se respetan el resto de las obras del convenio. «Las demás infraestructuras son incuestionables», afirmó la consellera. A este respecto, el director general d'Obres Públiques, Carlos Jover afirmó que la posibilidad de discutir el trazado del segundo cinturón no entra en esta negociación, como dejó bien claro Jaume Matas a Francesc Antich. Jover aseguró no entender a qué responde la oposición de los socialistas a este trazado.

Según dijo, en el tramo entre el aeropuerto y la autopista de Inca es un desdoblamiento del trazado ya existente. Sobre el segundo tramo, el que arranca en la autopista de Inca, Jover señaló que se trata de un trazado muy corto «que, sinceramente, no creo que se pueda mejorar». Señaló que, cuando uno se enfrente «a la realidad del terreno», se constata la imposibilidad de modificar el trazado. Sobre la legitimidad negociadora que el president Jaume Matas otorgó al diputado Francesc Antich tras la reunión de la pasada semana, la consellera puntualizó que en ningún momento puso en duda la autoridad del diputado electo en el Congreso. Pese ello, sí reconoció que no le parecía «normal» que Antich planteara una serie de amenazas de no cumplir el convenio «cuando ni siquiera había todavía gobierno y no había pasado ni una hora de las elecciones».